
Muchísimo le ha costado alcanzar la titularidad, por eso cuando supo que ingresaría desde el primer minuto al campo de juego, no dejó de imaginar lo que pasaría. Claro que a veces, la imaginación no da para tanto…
Hizo el primer el gol a los 45 minutos del primer tiempo. La cosa iba bien.
Al llegar al vestuario en el entretiempo esperaba quizás la felicitación de su técnico, pero en cambio, le dijeron: “Ryan, tu hijo nacerá hoy”.
No supo qué hacer, ¡se volvió loco!, y entró, casi que en trance, a la cancha de nuevo.
Hizo el segundo gol a los 58 minutos del segundo tiempo. Y lo festejó meciendo sus brazos.
Pidió el cambió a los 59 minutos; a los 60 fue reemplazado.
Salió del estadio con la misma ropa de la cancha, incluso con los zapatos de fútbol, y se fue rajado al hospital adonde estaba su novia.
Horas después, el joven puntero del Wigan de la tercera división del fútbol inglés, Ryan Colclough, sostenía a su pequeño hijo, y cumplía su jornada futbolera más especial; el Hat Trick más inolvidable de su vida. #BB
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